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Los días se me escapan de las manos, y esta soledad de pájaros perdidos, de pasos inconscientes e inalteradas emociones, se torna gracias al destino, a las coincidencias o quien sabe a que, hacia nuevas experiencias, confidencias, poesía y canciones.
El invierno, frío y nebuloso sigue teniendo en mi ciudad un encanto especial: las hojas secas, el hielo en las aceras, los copos de nieve sobre el abrigo.
La baja estima y el fracaso, el oscuro devenir los pasos sin destino, o los violentos desastres cotidianos dejan paso a largas conversaciones, a sueños inalcanzables, a risas inexploradas, a metros y centímetros de unión y desunión.
Y entre cervezas compartidas, las palabras y los hechos pasados empiezan a carecer de fundamento, y gana la partida al cruel pasado, la ilusión de viajar, de volar, de conocer lo finito y lo infinito, de imaginar, de sentir e incluso soñar.
Los días se me escapan de las manos, y esta soledad de pájaros perdidos, de pasos inconscientes e inalteradas emociones, se torna gracias al destino, a las coincidencias o quien sabe a que, hacia nuevas experiencias, confidencias, poesía y canciones.
El invierno, frío y nebuloso sigue teniendo en mi ciudad un encanto especial: las hojas secas, el hielo en las aceras, los copos de nieve sobre el abrigo.
La baja estima y el fracaso, el oscuro devenir los pasos sin destino, o los violentos desastres cotidianos dejan paso a largas conversaciones, a sueños inalcanzables, a risas inexploradas, a metros y centímetros de unión y desunión.
Y entre cervezas compartidas, las palabras y los hechos pasados empiezan a carecer de fundamento, y gana la partida al cruel pasado, la ilusión de viajar, de volar, de conocer lo finito y lo infinito, de imaginar, de sentir e incluso soñar.
Comentarios
¡Un besote muy gordo!
me gusta tu actualización, un saludo.
precioso texto por cierto!