Hace un año, frente al espejo, decidí cambiar radicalmente mi vida. Abandonar todo aquello negativo que me rodeaba y dar un paso al frente, serio, firme, decidido.
Un paso con el que eliminaba de mí, todos
los miedos, inseguridades y angustias que no me permitían avanzar en la
vida del modo y manera que yo quería.
Un cambio sincero, fuerte, importante y con un claro objetivo, crecer.
Un terremoto lento que tocaría todos mis pilares inestables pero que traería una nueva estructura sobre la que apoyar mi vida, una fuerte red sobre la que sustentar y abonar todos los sueños que quería y quiero cumplir.
Un cambio sincero, fuerte, importante y con un claro objetivo, crecer.
Un terremoto lento que tocaría todos mis pilares inestables pero que traería una nueva estructura sobre la que apoyar mi vida, una fuerte red sobre la que sustentar y abonar todos los sueños que quería y quiero cumplir.
Un año después
frente al mismo lugar me miro y con orgullo siento que no me parezco a
lo que era, porque apoyándome en lo bueno de mí, he eliminado todos esos
aspectos negativos que odiaba. Con orgullo siento como voy caminando
decidido por la vida con nuevos sueños y retos por cumplir cada día.
Con entusiasmo siento que estos cambios en mi vida se aprecian, con alegría observo el valor de mis pasos; con ilusión contemplo todo lo bonito que me queda por alcanzar.
Con esperanza, sin miedos, hacia adelante y siempre de frente.
Porque yo mismo me convencí de que este giro no era pequeño ni fácil, pero merecía sin duda la pena. Un cambio que me ha llevado a afrontar muchas y fuertes dificultades, un cambio trabajado con mucho esfuerzo diario, un cambio en el que sin embargo he perdido un apoyo importante de mi vida, una persona a la que querré y apoyaré siempre por encima de todas las dificultades.
Lágrimas aparte y con la fuerte esperanza de seguir construyendo cada día más y más sueños, hoy siento la ilusión de un niño que tiene la vida por delante y contemplo con alegría que mi entorno se sienta orgulloso de mis progresos. En mi esfuerzo me apoyo y siento que todo lo bueno está por venir.
Porque estoy convencido de que la vida, está hecha para los valientes que aún en las batallas perdidas siempre encuentran una victoria. Y yo seguiré ganando cada día y seguiré luchando a cada paso, a cada instante, a cada revés, porque estoy convencido de todo lo que quiero, y sin duda esta batalla la pienso vencer.
Con entusiasmo siento que estos cambios en mi vida se aprecian, con alegría observo el valor de mis pasos; con ilusión contemplo todo lo bonito que me queda por alcanzar.
Con esperanza, sin miedos, hacia adelante y siempre de frente.
Porque yo mismo me convencí de que este giro no era pequeño ni fácil, pero merecía sin duda la pena. Un cambio que me ha llevado a afrontar muchas y fuertes dificultades, un cambio trabajado con mucho esfuerzo diario, un cambio en el que sin embargo he perdido un apoyo importante de mi vida, una persona a la que querré y apoyaré siempre por encima de todas las dificultades.
Lágrimas aparte y con la fuerte esperanza de seguir construyendo cada día más y más sueños, hoy siento la ilusión de un niño que tiene la vida por delante y contemplo con alegría que mi entorno se sienta orgulloso de mis progresos. En mi esfuerzo me apoyo y siento que todo lo bueno está por venir.
Porque estoy convencido de que la vida, está hecha para los valientes que aún en las batallas perdidas siempre encuentran una victoria. Y yo seguiré ganando cada día y seguiré luchando a cada paso, a cada instante, a cada revés, porque estoy convencido de todo lo que quiero, y sin duda esta batalla la pienso vencer.
No estoy diciendo que será fácil, estoy diciendo que valdrá la pena :)
Comentarios