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Mostrando entradas de julio, 2007

DÍAS AZULES

Algunas ocasiones, fruto de la casualidad, encuentras personas que gratamente te sorprenden. Personas que como tú, ofrecen al mundo una sensibilidad distinta. Personas con las que al transcurrir unos instantes, sientes puedes compartir muchas cosas; personas sencillas, sinceras, abiertas a la amistad sin paliativos. Personas que ofrecen valores, que en esta sociedad, ansiosa de poder y egoísta, desaparecen cada día más rápidamente. Existe gente, que no valora la amistad, la palabra, el silencio… Pero también existe gente que al pasar, deja su rastro, ilumina al mundo con su luz, brillante y embriagadora. Gente que mira a los ojos, que ofrece bondad sin esperar nada a cambio. Por eso aquella noche, me sorprendí al verte, y decidí sin dudarlo, que merecía la pena conocerte. Pensé que en ti había encontrado a una amiga. No valía la pena precipitarse y dejarse llevar por la pasión propia de una noche. Sé que acostumbrada a lo que el mundo ofrece, pensaste que simplemente pretendía aprovech

A LA LUZ DE LA MEDIANOCHE...

Quizás nunca imaginaste que te escribiría algo en un lugar como este, quizás tu, junto a los vientos cálidos del verano, disfrutando de la siesta, apoltronada en un sillón, o en el infinito perdida... Quizás no llegues ni siquiera a sentir estas palabras, es probable. Pero nunca escribí para ser leido, ni siquiera para sentirme bien, solo lo hice pensando en que debía hacerlo. Por eso pensé, que merecías una entrada, no sé si como esta, quizás no... pero aunque no te des cuenta, me aportas calma y sosiego, luces en la penumbra, suspiros en el silencio... y me llevas mucho tiempo buscando y no me encuentras, y me encuentras cerca y distante al mismo tiempo... Hoy, a la luz de la medianoche, le daré un beso a la luna. No tiene tus cabellos, ni huele a flores de azahar y violetas... pero, me conformaré solo por esta noche. Va por tí... Ana, es tan corta la vida, y son tantas despedidas llenas de promesas vanas. Ana, ¿qué será de nosotros cuando caigamos y otros ocupen nuestro lugar? Ana,

EN CLAVE DE FOLK

Por su amor conocerás al hombre. El amor es su fruto natural, el mas suyo, el más liberado de su ambiente. El amor es el único fruto que brota, crece y madura en él, con toda la simpleza, la pureza y la gracia de la naranja en el naranjo, de la rosa en el rosal. Hay hombres sin amor, pero de estos hombres nada se sabe: nada pueden decir a la inquietud del mundo. El amor es el fruto del hombre y también su signo; el amor lo marca como un hierro encendido, y nos lo deja conocer, distinguir, entresacar… No conocerás al que pasa por su vestido de palabras brilladoras, lentejuelas de colores, ni por la obra de sus manos, ni por la obra de su inteligencia, porque todo eso lo da la vida y lo niega… lo da y lo niega a su capricho, o a su ley, la vida… Y hay muchos que van derechos porque el aire no sopló sobre ellos, y otros hay que se doblan como se dobla el arco para arrancarle al viento su equilibrio, o para proyectarse de ellos mismos, fuera de ellos, en el viento! por la trémula, aguda fl