Algunas ocasiones, fruto de la casualidad, encuentras personas que gratamente te
sorprenden. Personas que como tú, ofrecen al mundo una sensibilidad distinta.
Personas con las que al transcurrir unos instantes, sientes puedes compartir muchas
cosas; personas sencillas, sinceras, abiertas a la amistad sin paliativos.
Allí estaba ella,
muñeca con pulseras,
con flores en el pelo y la sonrisa,
comiéndole la caja, en el vagón.
Cuantos días, cuantos meses, cuantos años,
esperando que la vida, lave todo el desengaño,
cuantos días, cuantas nueces, veinte años.
separados no lograron apagar ese amor,
ese amor…ese amor…
Pero llegaron tiempos, oscuros y violentos,
en que toda la vida era un callejón,
que no tenía salida, solo desolación.
Ella partió deprisa,
voló como una brisa,
huyendo de esos días y el no comprendió,
porque selló en pedazos su corazón.
Cuantos días, cuantos meses, cuantos años,
esperando que la vida, lave todo el desengaño,
cuantos días, cuantas nueces, veinte años.
separados no lograron apagar ese amor,
ese amor…ese amor…
Pero un día se encontraron como trenes de ida y vuelta,
en el andén…
Se abrazaron, se besaron y todo empezó de nuevo
otra vez…
Cuantos días, cuantos meses, cuantos años,
esperando que la vida, lave todo el desengaño,
cuantos días, cuantas nueces, veinte años.
separados no lograron apagar ese amor,
ese amor…ese amor…
sorprenden. Personas que como tú, ofrecen al mundo una sensibilidad distinta.
Personas con las que al transcurrir unos instantes, sientes puedes compartir muchas
cosas; personas sencillas, sinceras, abiertas a la amistad sin paliativos.
Personas que ofrecen valores, que en esta sociedad, ansiosa de poder y egoísta,
desaparecen cada día más rápidamente.
Existe gente, que no valora la amistad, la palabra, el silencio…
Pero también existe gente que al pasar, deja su rastro, ilumina al mundo con su luz,
brillante y embriagadora. Gente que mira a los ojos, que ofrece bondad sin esperar
nada a cambio.
desaparecen cada día más rápidamente.
Existe gente, que no valora la amistad, la palabra, el silencio…
Pero también existe gente que al pasar, deja su rastro, ilumina al mundo con su luz,
brillante y embriagadora. Gente que mira a los ojos, que ofrece bondad sin esperar
nada a cambio.
Por eso aquella noche, me sorprendí al verte, y decidí sin dudarlo, que merecía la
pena conocerte. Pensé que en ti había encontrado a una amiga. No valía la pena
precipitarse y dejarse llevar por la pasión propia de una noche.
pena conocerte. Pensé que en ti había encontrado a una amiga. No valía la pena
precipitarse y dejarse llevar por la pasión propia de una noche.
Sé que acostumbrada a lo que el mundo ofrece, pensaste que simplemente pretendía
aprovecharme de la situación de una noche de fiesta, sé que creíste que jamás
volverías a verme… pero a veces, la vida sorprende.
aprovecharme de la situación de una noche de fiesta, sé que creíste que jamás
volverías a verme… pero a veces, la vida sorprende.
Simplemente espero, poder seguir conociéndote.
El era solo un niño,
de trenes sin destino,
buscaba su camino y de repente,
algo cambió en su vida,
en la estación.
de trenes sin destino,
buscaba su camino y de repente,
algo cambió en su vida,
en la estación.
Allí estaba ella,
muñeca con pulseras,
con flores en el pelo y la sonrisa,
comiéndole la caja, en el vagón.
Cuantos días, cuantos meses, cuantos años,
esperando que la vida, lave todo el desengaño,
cuantos días, cuantas nueces, veinte años.
separados no lograron apagar ese amor,
ese amor…ese amor…
Pero llegaron tiempos, oscuros y violentos,
en que toda la vida era un callejón,
que no tenía salida, solo desolación.
Ella partió deprisa,
voló como una brisa,
huyendo de esos días y el no comprendió,
porque selló en pedazos su corazón.
Cuantos días, cuantos meses, cuantos años,
esperando que la vida, lave todo el desengaño,
cuantos días, cuantas nueces, veinte años.
separados no lograron apagar ese amor,
ese amor…ese amor…
Pero un día se encontraron como trenes de ida y vuelta,
en el andén…
Se abrazaron, se besaron y todo empezó de nuevo
otra vez…
Cuantos días, cuantos meses, cuantos años,
esperando que la vida, lave todo el desengaño,
cuantos días, cuantas nueces, veinte años.
separados no lograron apagar ese amor,
ese amor…ese amor…
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estreliña