_
No, no te odio a ti, lo que odio es la sensación de no tenerte a mi lado, lo que odio es tu ausencia, el no encontrar esa sonrisa tan tuya, odio no tocar tu pelo ni besar tu cuello ni acariciar tu espalda.
Odio no sentir tu abrazo, odio no poder decirte al oído que te quiero.
Eso es lo que odio, pero a ti... a ti no, a ti te quiero, porque he sentido como me quisiste, he sentido tu ilusión, tu cariño y tu cielo, y te he sentido a ti.
Y no te odio, porque tras los días pasados (muy duros por cierto), tras las noches sin dormir y los días sin comer, me he dado cuenta, de que lo intentaste y no salió, y que apareció una persona en tu vida que seguramente me dio mil vueltas, y elegiste lo que más te gustaba en ese momento.
Y aunque yo hoy, por el amor que te profeso, creo que hubiera sido incapaz de algo así, no soy tonto y lo entiendo, y por eso te agradezco el tiempo pasado no fue bonito sino genial, y agradezco tu ternura, tu cariño y todo lo sincero que me diste. Y sobre todo el haber tenido la oportunidad de observar esos tus ojos.
Pero no por eso tengo odio ni venganza, aunque lo pienses, no; lo que tengo ganas es de abrazarte, de pedirte disculpas por todo lo que no hice, y por lo que hice mal, y desearte que te marche bien, que te vaya bonito y que tus días venideros sean maravillosos.
Porque yo hoy, esta noche, y hasta que llegue el duro invierno dejaré la ventana abierta...
-
No, no te odio a ti, lo que odio es la sensación de no tenerte a mi lado, lo que odio es tu ausencia, el no encontrar esa sonrisa tan tuya, odio no tocar tu pelo ni besar tu cuello ni acariciar tu espalda.
Odio no sentir tu abrazo, odio no poder decirte al oído que te quiero.
Eso es lo que odio, pero a ti... a ti no, a ti te quiero, porque he sentido como me quisiste, he sentido tu ilusión, tu cariño y tu cielo, y te he sentido a ti.
Y no te odio, porque tras los días pasados (muy duros por cierto), tras las noches sin dormir y los días sin comer, me he dado cuenta, de que lo intentaste y no salió, y que apareció una persona en tu vida que seguramente me dio mil vueltas, y elegiste lo que más te gustaba en ese momento.
Y aunque yo hoy, por el amor que te profeso, creo que hubiera sido incapaz de algo así, no soy tonto y lo entiendo, y por eso te agradezco el tiempo pasado no fue bonito sino genial, y agradezco tu ternura, tu cariño y todo lo sincero que me diste. Y sobre todo el haber tenido la oportunidad de observar esos tus ojos.
Pero no por eso tengo odio ni venganza, aunque lo pienses, no; lo que tengo ganas es de abrazarte, de pedirte disculpas por todo lo que no hice, y por lo que hice mal, y desearte que te marche bien, que te vaya bonito y que tus días venideros sean maravillosos.
Porque yo hoy, esta noche, y hasta que llegue el duro invierno dejaré la ventana abierta...
-
Comentarios
Y lo de las redes...cambia de contraseñas ya mismo.
Espero que pase pronto la tormenta...un abrazo!