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Venía con aires del Norte y vientos del Sur; con la sutileza propia de una mujer moderna y cultivada en las más diversas artes, ciencias y disciplinas.
Gentil, paciente, y con esa emoción que se desborda en momentos puntuales, llegó para hacerse hueco, y sin duda para quedarse con un lugar propio en la vida de este humilde poeta.
Tímida y atrevida, rápida y lenta, antesala del estereotipo de mujer perfecta que abandona momentos tristes y horas bajas.
Mas, lejos de cumplir, lo que pudiera intuirse de su pasado, esta mujer, permanecía sobreviviendo como mujer luchadora, sencilla, inteligente y tremendamente hermosa.
Hermosura descrita en cada una de las poesías que salían de su pluma y de su almohada, en sus fotografías, pinturas, y otras artes; pero sobre todo en la intersección violenta de su cabello y su espalda.
Y en su cuello limpio, su tacto dulce, sus mejillas ilustradas, la rápida comisura de sus labios.
Y aunque sabía a coda flamenca, y a tímido estilo rock-pop, más bien, permítanme indicarle, que lo que realmente le volvía loca y le hacía estremecer eran los dulces tonos del diatónico y las cuidadas composiciones de Stravinsky.
Ella, simplemente.
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Venía con aires del Norte y vientos del Sur; con la sutileza propia de una mujer moderna y cultivada en las más diversas artes, ciencias y disciplinas.
Gentil, paciente, y con esa emoción que se desborda en momentos puntuales, llegó para hacerse hueco, y sin duda para quedarse con un lugar propio en la vida de este humilde poeta.
Tímida y atrevida, rápida y lenta, antesala del estereotipo de mujer perfecta que abandona momentos tristes y horas bajas.
Mas, lejos de cumplir, lo que pudiera intuirse de su pasado, esta mujer, permanecía sobreviviendo como mujer luchadora, sencilla, inteligente y tremendamente hermosa.
Hermosura descrita en cada una de las poesías que salían de su pluma y de su almohada, en sus fotografías, pinturas, y otras artes; pero sobre todo en la intersección violenta de su cabello y su espalda.
Y en su cuello limpio, su tacto dulce, sus mejillas ilustradas, la rápida comisura de sus labios.
Y aunque sabía a coda flamenca, y a tímido estilo rock-pop, más bien, permítanme indicarle, que lo que realmente le volvía loca y le hacía estremecer eran los dulces tonos del diatónico y las cuidadas composiciones de Stravinsky.
Ella, simplemente.
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Comentarios
Tú eres una de ellas y esto lo guardaré con mimo en mi corazón.
L.
me encanta!!!
y también ese cd de extremoduro :P
besotes