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Te marchaste y desde tu cama maldeciste mi ausencia y mi presencia.
Te marchaste, y cerraste por última vez tu libro de poesías, y me apretaste los ojos, y llenaste de sangre mi epitafio.
Y quemaste mis fotos, y mis sombras, y ocultaste el arco iris de tus ojos y la lluvia de tus párpados...
Pero llegó el sol, y florecieron las margaritas del parque, crecieron mis naranjos, y volví a contar kilómetros con mi bicicleta.
Porque para seguir arreglando el mundo en cada noche de sábado o soñar cada domingo, solo hacen falta dos cosas: una dosis justa de locura y ganas de vivir…
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Te marchaste y desde tu cama maldeciste mi ausencia y mi presencia.
Te marchaste, y cerraste por última vez tu libro de poesías, y me apretaste los ojos, y llenaste de sangre mi epitafio.
Y quemaste mis fotos, y mis sombras, y ocultaste el arco iris de tus ojos y la lluvia de tus párpados...
Pero llegó el sol, y florecieron las margaritas del parque, crecieron mis naranjos, y volví a contar kilómetros con mi bicicleta.
Porque para seguir arreglando el mundo en cada noche de sábado o soñar cada domingo, solo hacen falta dos cosas: una dosis justa de locura y ganas de vivir…
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Comentarios
Muy bueno el texto, me ha gustado mucho.
Y sí, a ver si nos separan solo unos centímetros, y que eso sea para siempre. jajaja.
Un beso =)
Te quiero Grandecillo!
PaNky *
Un besazo
y yo ahora tengo un poco de mono... ¿me estaré haciendo cuerda?
eso nos hace faltaba todos
si alguien maldice tu ausencia y tu presencia es que no tiene las cosas claras no?¿
besotes!!!
y dale a la bici :)
Un beso cargado de positivismo!
Qué lindo, pareces la reencarnación de un reconocido poeta *.*
Besicos!! ^^
Bonita entrada.
Saludos.