_ Me regalaste amaneceres tristes, y besos en glorietas de las que no recuerdo el nombre. Me regalaste sueños inconcretos, cielos no sentidos y manos entrelazadas en aceras extrañas. Me regalaste lágrimas de regreso a casas extrañas, almohadas no compartidas y noches de lluvia en mis cristales. _ Y yo a cambio te regalé silencios, versos, e incluso soledades... _
.jpg)
Comentarios
Me desperté después de haber soñado con él. No quería hacerlo y me enfadé con mi subconsciente. Agarré a mi compañero de piso, hizo dos bocadillos, esperamos al bus y llegamos a San Cataldo. Mojé mis pies en agua del Adriático (heladora en esa fecha) y se me quitaron las penas.
No todos los 29 de febrero tienen que ser iguales... además son cada 4 años, ¿no?
Llora conmigo -que también lloro-, pero escucha siempre el precioso metrónomo de tu prosa, la voz ronca de tu canto.
Un beso.