Desde este espacio quisiera hacer referencia a las últimas novedades que empañan nuestro deporte en cuestión de doping.
En todos los medios se perfila la figura del deportista dopado como el de un degenerado, que merece que se le prive de su medio de sustento y se le margine temporalmente o definitivamente del mundo del deporte. Nadie, o prácticamente nadie se plantea la idea de cómo puede ser vista la misma situación por ese profesional.
Yo soy deportista aficionado, es decir, hago deporte cuando me apetece y para relajarme. Pero este tipo de profesionales hacen deporte como obligación, deben llevar una dietas estrictas y el concepto de deporte igual a salud se diluye a medida que se consiguen títulos.
Pero para mantenerse esponsorizado debes conseguir títulos, y entonces empiezan a aparecer los preparadores, los directores y los médicos del equipo.
Según me cuenta gente ligada a este mundo las cosas evolucionan poco a poco: primero el médico te recomienda suero para la deshidratación, después el preparador aminoácidos para la musculatura, le sigue el director del equipo que te dice que si no consigues esto o aquello no va a contar contigo… Poco a poco van variando las prescripciones, tanto de productos como de técnicas de mejoras físicas. Entonces si te quejas te dicen que todo el mundo lo hace y que a la guerra no se va sin balas. Para finalizar cuando pillan a uno de estos deportistas el equipo en pleno reniega de él. Los medios de comunicación se encargan de enseñarnos lo tramposo y mal deportista que es. Lo peor de todo es que, posiblemente, este deportista sigue consejos de profesionales que no le explican los efectos secundarios que estas prácticas pueden causar en su organismo. Con lo cual por dar títulos a su equipo y por conseguir mejores marcas no sabe que hipoteca su vida, acortándola en cuanto a esperanza y a calidad de la misma.
Entonces ¿por qué todos seguimos acorralando a estos profesionales y no a los que de verdad tienen la culpa, a aquellos médicos, preparadores físicos y directores de equipos que de una manera u otra obligan a los corredores a doparse? Estos son los realmente culpables y los que deben ser perseguidos por la justicia y los medios de comunicación.
En todos los medios se perfila la figura del deportista dopado como el de un degenerado, que merece que se le prive de su medio de sustento y se le margine temporalmente o definitivamente del mundo del deporte. Nadie, o prácticamente nadie se plantea la idea de cómo puede ser vista la misma situación por ese profesional.
Yo soy deportista aficionado, es decir, hago deporte cuando me apetece y para relajarme. Pero este tipo de profesionales hacen deporte como obligación, deben llevar una dietas estrictas y el concepto de deporte igual a salud se diluye a medida que se consiguen títulos.
Pero para mantenerse esponsorizado debes conseguir títulos, y entonces empiezan a aparecer los preparadores, los directores y los médicos del equipo.
Según me cuenta gente ligada a este mundo las cosas evolucionan poco a poco: primero el médico te recomienda suero para la deshidratación, después el preparador aminoácidos para la musculatura, le sigue el director del equipo que te dice que si no consigues esto o aquello no va a contar contigo… Poco a poco van variando las prescripciones, tanto de productos como de técnicas de mejoras físicas. Entonces si te quejas te dicen que todo el mundo lo hace y que a la guerra no se va sin balas. Para finalizar cuando pillan a uno de estos deportistas el equipo en pleno reniega de él. Los medios de comunicación se encargan de enseñarnos lo tramposo y mal deportista que es. Lo peor de todo es que, posiblemente, este deportista sigue consejos de profesionales que no le explican los efectos secundarios que estas prácticas pueden causar en su organismo. Con lo cual por dar títulos a su equipo y por conseguir mejores marcas no sabe que hipoteca su vida, acortándola en cuanto a esperanza y a calidad de la misma.
Entonces ¿por qué todos seguimos acorralando a estos profesionales y no a los que de verdad tienen la culpa, a aquellos médicos, preparadores físicos y directores de equipos que de una manera u otra obligan a los corredores a doparse? Estos son los realmente culpables y los que deben ser perseguidos por la justicia y los medios de comunicación.
Comentarios