El cansancio se despierta, ataca de nuevo, como si de un frente de guerra se tratase. Mis ojos resucitan, llorosos de nuevo; la vida parece que me sigue poniendo en mi sitio. Aquel oscuro cajón del que nunca salí resucita de nuevo mis silencios y soledades. Me siento roto en mil pedazos, moriría escribiendo estas palabras vacías. Moriría por ciertos comentarios, palabras que no se lleva el viento, supuestos amigos… Porque se puede decir que estoy harto de los falsos amigos (esos que quizás nunca tuve), de la sociedad y de sus cambios de estilo. De aquellos que no son claros, de los que no hablan de frente, de los que viven su vida pisoteando la de cualquiera, de los que no sienten… Quizás sea un bicho raro, neurótico, solitario, sentimental. Quizás no me comprenda ni a mi mismo. Quizás sea un mediocre triste y melancólico, quizás solo exprese palabras vacías. ¿Y quién me comprende? ¿Quién siente mis ilusiones? ¿Quién levantará mi ánimo las noches de invierno? ¿Serás tú? O, quizás ¿no e...