La vida es un pequeño conjunto de instantes, de momentos, emociones y algunas pequeñas decepciones.
Una empinada cuesta construida por sueños, que sólo consiguen escalar los que, con fuerte entrenamiento se convencen de que más tarde o más temprano alcanzarán la cima.
Una empinada cuesta construida por sueños, que sólo consiguen escalar los que, con fuerte entrenamiento se convencen de que más tarde o más temprano alcanzarán la cima.
Una batalla que jamás se pierde, nunca se abandona por mucho que cueste. Batalla en la que solamente los valientes perseveramos para alcanzar nuestros sueños pues estamos convencidos de que lo que realmente estamos construyendo es la plena felicidad.
Batalla en la que algunas veces hemos caído al suelo, yo mismo me he sentido magullado, pero al instante me he levantado más fuerte si cabe, cuando el fango me atrapó saqué fuerzas que ni creía tener, grité hasta cuando faltaba la voz.
Una batalla en la que con mucho esfuerzo, hemos ido venciendo poco a poco todos los miedos cotidianos. Una batalla en la que hemos conseguido reinventarnos y seguir luchando por alcanzar la gloria.
Batalla en la que algunas veces hemos caído al suelo, yo mismo me he sentido magullado, pero al instante me he levantado más fuerte si cabe, cuando el fango me atrapó saqué fuerzas que ni creía tener, grité hasta cuando faltaba la voz.
Una batalla en la que con mucho esfuerzo, hemos ido venciendo poco a poco todos los miedos cotidianos. Una batalla en la que hemos conseguido reinventarnos y seguir luchando por alcanzar la gloria.
Y saborear esa gloria que llega cuándo sabes que has conseguido una pequeña meta, por la que conseguiste ser el mejor pese a partir del último puesto.
Esa gloria que te ayuda a seguir adelante, que te sirve para convencerte de tu verdadero objetivo, tu sueño, tu ilusión. Batalla en la que los imposibles no existen, en la que cada avance es un triunfo y cada segundo un momento para disfrutar.
Te apoyas en las experiencias pasadas, experiencias que te sirven como algo en lo que reconfortarte, pues te das cuenta de todo lo grande que has sido capaz de hacer, de todo lo que con esfuerzo has conseguido, de la vida que has regalado, de los sueños que has construido.
Te convences de que en realidad eres una persona increíble, con valores y sueños, alguien con ganas de luchar, de avanzar, de crecer.
Te convences de que los imposibles solamente existen en la cabeza de los débiles y sigues luchando, avanzando, caminando con fuerza y convencido de que hoy es siempre todavía.
Te convences de que los imposibles solamente existen en la cabeza de los débiles y sigues luchando, avanzando, caminando con fuerza y convencido de que hoy es siempre todavía.
La suerte ayuda a los que quieren volar :)
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