¿Cuántos muertos habrá hoy en los lugares más remotos de este mundo? ¿Cuánta gente defendiendo su libertad, perderán la vida por orden de un dictador? ¿Cuántos morirán de hambre? ¿Cuántos sentirán en sus huesos el bombardeo de un B52?
No hace mucho tiempo que salimos a la calle a defender que otro mundo es posible. Saramago dijo algo hermoso en aquellas manifestaciones en contra de la guerra de Irak, “Hoy por hoy existen dos superpotencias el mundo, una es Estados Unidos, la otra eres tú”.
Tú, tu palabra, y tu legítimo voto, la mayor arma sin dudas en la democracia, en la que afortunadamente vivimos.
Creo que no merecemos ser gobernados por extremistas ni radicales. Creo que no merecemos tener que salir a la calle a exigir democracia y libertad.
¿No crees que es el momento de dar sentido a tu voto?
¿No crees que es el momento de dejar de quejarte por las situaciones cotidianas que tanto te afectan?
¿No crees que es el momento de que las cosas cambien?
Por esto creo que debemos ejercer nuestro derecho al voto, por que tras la abstención se refugian los partidos extremistas de uno y otro signo político; y los extremismos son incompatibles con la libertad y la democracia.
Por un momento debemos escuchar las propuestas de los candidatos que nos representaran en las instituciones, y decidir que es lo que más conviene al lugar donde vivimos.
Porque desde hace tres años vivimos una lamentable situación social de crispación y continuo enfrentamiento político. Críticas, insultos, amenazas, que recuerdan más bien a épocas felizmente superadas que a las actuales.
Por eso a los que aglutinan los apoyos de los sectores radicales de la ultraderecha, quisiera recordarles que es posible defender nuestras posturas de otra forma.
Sin insultos, ni descalificaciones, sin manipulaciones informativas, sin engañar a la opinión pública. Porque ni España se rompe, ni se rinde ante los terroristas.
Les dejo hoy con estos versos:
Tristes guerras, si no es amor la empresa,
tristes, tristes…
Tristes armas si no son las palabras,
tristes, tristes…
Tristes hombres si no mueren de amor,
tristes, tristes…
Tristes como aquellas tardes de verano,
aquellas tristes tardes…
No hace mucho tiempo que salimos a la calle a defender que otro mundo es posible. Saramago dijo algo hermoso en aquellas manifestaciones en contra de la guerra de Irak, “Hoy por hoy existen dos superpotencias el mundo, una es Estados Unidos, la otra eres tú”.
Tú, tu palabra, y tu legítimo voto, la mayor arma sin dudas en la democracia, en la que afortunadamente vivimos.
Creo que no merecemos ser gobernados por extremistas ni radicales. Creo que no merecemos tener que salir a la calle a exigir democracia y libertad.
¿No crees que es el momento de dar sentido a tu voto?
¿No crees que es el momento de dejar de quejarte por las situaciones cotidianas que tanto te afectan?
¿No crees que es el momento de que las cosas cambien?
Por esto creo que debemos ejercer nuestro derecho al voto, por que tras la abstención se refugian los partidos extremistas de uno y otro signo político; y los extremismos son incompatibles con la libertad y la democracia.
Por un momento debemos escuchar las propuestas de los candidatos que nos representaran en las instituciones, y decidir que es lo que más conviene al lugar donde vivimos.
Porque desde hace tres años vivimos una lamentable situación social de crispación y continuo enfrentamiento político. Críticas, insultos, amenazas, que recuerdan más bien a épocas felizmente superadas que a las actuales.
Por eso a los que aglutinan los apoyos de los sectores radicales de la ultraderecha, quisiera recordarles que es posible defender nuestras posturas de otra forma.
Sin insultos, ni descalificaciones, sin manipulaciones informativas, sin engañar a la opinión pública. Porque ni España se rompe, ni se rinde ante los terroristas.
Les dejo hoy con estos versos:
Tristes guerras, si no es amor la empresa,
tristes, tristes…
Tristes armas si no son las palabras,
tristes, tristes…
Tristes hombres si no mueren de amor,
tristes, tristes…
Tristes como aquellas tardes de verano,
aquellas tristes tardes…
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