_ Hay veces en las que pese a intentar caminar con paso lento, una espiral de emociones circunda extrañamente tu cabeza. Y sometes tus neuronas al auto-convencimiento de que tu camino no es el apropiado; quiebras, reptas, pero aún así algo te impulsa a continuar esa senda. Reinventas noches tristes de lluvias y nostalgias para creer que la meta es posible pese a suponer un esfuerzo inusitado. Pero amanece tras el insomnio, una mañana gélida y putrefacta entre nieblas y rutinas. Subir, bajar, espirales y tirabuzones. Voy a jugar a enloquecer _